martes, 15 de diciembre de 2009

Mi reflexión me ha llevado a pensar que estamos tremendamente sordos.
Tenemos oidos,pero,es pura apariencia.
Todo es pura apariencia.
Me he visto rodeada de gente,gritando,inútilmente,pretendiendo que otro por su bien me escuchara. Me he sentido tan frustrada al no conseguirlo que he decidido retirarme,no mediar palabra. Cuando todo son buenos gestos se muestran contentos,pero cuando esa cara no se muestra ni para mí,me desprecian como si algún día me hubieran querido,pero lo único que quieren ellos es su bien,su beneficio,su comodidad,su agrado.
Intenté hacerle comprender amablemente,pero estaba más irritable que normalmente.Pagué con él mi enfado con el mundo,en cierto modo por su bien pero no fueron las maneras.Me respondió con un violento empujón al que ágriamente sonreí con ganas de llorar. No tube fuerzas para hacer nada,entonces sentí miserablemente que no merece la pena hacer nada por nada,por nadie.Apliqué mi reflexión a todas mis ideas,y pensé,que por una masa social que no sepa escuchar,aquellos de orejas bien abiertas,no se quedarán sin escuchar todo lo que tengo que decir.Y si resulta que todos nacimos sin la capacidad de escuchar,para cuando me de cuenta,habré gastado mi voz y habré intentado ayudar,no habrá sido en balde.

Abramos las orejas y démonos cuenta de que somos personas,no tenemos que competir continuamente,consiste en vivir y colaborar para avanzar...

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